Mi casa era llamada la casa de las flores
porque por todas partes
estallaban geranios;
era una bella casa
con perros y chiquillos.
Raúl, ¿Te acuerdas?
¿Te acuerdas Rafael?
Federico, te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en dónde la luz de junio
ahogaba flores en tu boca?
Pablo Neruda
Cuando Pablo Neruda fue nombrado cónsul en Madrid en 1934, uno de sus mejores amigos, Rafael Alberti, se encargó de buscarle una casa donde vivir. El piso, que se iba a convertir en escenario de las tertulias de la generación del 27, estaba en un edificio que era un símbolo de la vanguardia arquitectónica de aquellos años.
La casa donde se instaló el poeta chileno es un edificio de ladrillos rojos con un amplio jardín interior en el bullicioso barrio de Argüelles, delimitada su manzana por las calles de Hilarión Eslava, Rodríguez San Pedro, Gaztambide y Meléndez Valdés, fue diseñada en 1931 por Secundino Zuazo Ugalde. Es, sin duda, la construcción más interesante del moderno ensanche madrileño.
Dispone de 288 viviendas y se estructura en torno a tres patios, de los cuales el central es el de mayor tamaño. Todas las viviendas son exteriores, bien iluminadas y muy ventiladas, predominando así su carácter higienista, muy propio de la vanguardia de la época. Sus patios estaban ajardinados y disponían de unas pequeñas y coquetonas fuentes. La esquina que da a la calle Princesa, tiene unos balcones con jardineras, de donde se deriva el nombre del edificio.
La Casa de las Flores es más que un singular edificio, es todo un homenaje a la racionalidad, donde se concibe la ciudad con viviendas higiénicas y luminosas y donde se entiende la calle como un espacio colectivo de relaciones.porque por todas partes
estallaban geranios;
era una bella casa
con perros y chiquillos.
Raúl, ¿Te acuerdas?
¿Te acuerdas Rafael?
Federico, te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en dónde la luz de junio
ahogaba flores en tu boca?
Pablo Neruda
Cuando Pablo Neruda fue nombrado cónsul en Madrid en 1934, uno de sus mejores amigos, Rafael Alberti, se encargó de buscarle una casa donde vivir. El piso, que se iba a convertir en escenario de las tertulias de la generación del 27, estaba en un edificio que era un símbolo de la vanguardia arquitectónica de aquellos años.
La casa donde se instaló el poeta chileno es un edificio de ladrillos rojos con un amplio jardín interior en el bullicioso barrio de Argüelles, delimitada su manzana por las calles de Hilarión Eslava, Rodríguez San Pedro, Gaztambide y Meléndez Valdés, fue diseñada en 1931 por Secundino Zuazo Ugalde. Es, sin duda, la construcción más interesante del moderno ensanche madrileño.
Dispone de 288 viviendas y se estructura en torno a tres patios, de los cuales el central es el de mayor tamaño. Todas las viviendas son exteriores, bien iluminadas y muy ventiladas, predominando así su carácter higienista, muy propio de la vanguardia de la época. Sus patios estaban ajardinados y disponían de unas pequeñas y coquetonas fuentes. La esquina que da a la calle Princesa, tiene unos balcones con jardineras, de donde se deriva el nombre del edificio.
Fueron “las primeras viviendas modernas que se construyeron en la capital” afirma el arquitecto Miguel Ángel Mira, autor del Plan Director. “El edificio crea escuela, ninguna imitación posterior superó este modelo” continúa Mira al describir la casa diseñada por Secundino Zuazo, uno de los ejemplos más representativos de la modernidad racionalista de los años treinta.
Cuando Pablo Neruda llegó a Madrid, en la estación sólo le esperaba una persona, un hombre que levantaba unas flores en el andén. “Me esperaba él solo, en la estación de invierno. Pero ese hombre era España, y se llamaba Federico”, dice el poeta chileno en sus memorias "Confieso que he vivido" al recordar el recibimiento que le hizo García Lorca.
A partir de ese momento “comenzó la que probablemente sería la etapa más importante de su vida”, según opina el agregado cultural de la Embajada de Chile, José Cayuela. “En Madrid coincidió con la generación del 27, así que no pudo ser más rica su experiencia española”.
En los meses siguientes, la ciudad vivía el prólogo de una tragedia, pero el piso de Neruda continuaba siendo el centro de tertulias de los intelectuales relacionados con la Residencia de Estudiantes. En contacto con figuras como Rafael Alberti, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre o Miguel Hernández, el poeta chileno “adquirió conciencia política y vivió, no sólo como testigo sino como actor, el conflicto más dramático de España, la Guerra Civil”, recuerda Cayuela.
Cuando estalló el conflicto, la Casa de las Flores fue bombardeada porque a escasos metros empezaba el frente de batalla. Neruda había salido del país. Un año después de dejar su casa intacta, volvió a visitarla acompañado por Miguel Hernández. “Subimos y abrimos con cierta emoción la puerta del departamento –recuerda Neruda en sus memorias- La metralla había derribado ventanas y trozos de pared. Los libros se habían derrumbado de las estanterías…. Aquel desorden era una puerta final que se cerraba en mi vida”. Después de este episodio, nada volvió a ser lo mismo. Los que habían frecuentado la casa perdieron la vida o se vieron obligados a alejarse del país.
Sin embargo, tras ser bombardeada y reconstruida, cuando han pasado siete décadas desde que se levantó, la Casa de las Flores continúa formando parte del barrio de Argüelles y de la historia de la ciudad. El conjunto, recogido alrededor del jardín interior, sigue siendo un ejemplo de racionalismo arquitectónico. Y ahora se encuentra más protegida para preservar la esencia que le imprimió Zuazo y la imagen literaria en que la convirtió Neruda.
Pablo Neruda ya nunca más volvió a la casa de las flores. Vivió el resto de su vida viviendo en diferentes paises y casas.La Chascona en Santiago de Chile, la Sebastiana en Valparaiso, y la de Isla Negra donde reposa junto a su última mujer Matilde Urrutia.
En 1971 recibió el premio Nobel de Literatura, ese mismo año, el Presidente Allende lo nombra embajador en Francia. Puesto que ocupó hasta 1972, cuando vuelve a su casa de Isla negra enfermo de cáncer. El 23 de septiembre de1973 muere en Santiago de Chile a los 69 años.